sábado, 11 de octubre de 2008

LA GLOBALIZACIÓN DE LOS DESBORDES, MEZCLAS Y CRISIS.

Simone M. Triches

El flujo de información en esta era de posmodernidad se derrumba sobre nosotros como una avalancha. Internet y la televisión por cable son dos de los medios que, además de informar, también pueden deformar los hechos. Nuestras limitaciones humanas no nos permiten captar todo el flujo circulante, pero nos posibilita acercarnos a las noticias del otro lado del mundo. Cosas de la globalización… Un amplio proceso de interdependencia entre los países del mundo, que se manifiesta en todos los ámbitos. No es novedoso, ya que los pueblos tienden a mixturarse con el tiempo. Lo que provocó la globalización fue su aceleración artificial.
Es como si la era Ford, la del obrero automatizado, se perfeccionara a la del empleado flexibilizado, multifuncional y desechable. Y, además, se expandiera a niveles mundiales: división internacional del trabajo, beneficios por ventaja comparativa a las potencias que, para completar el panorama, ahora están en “dificultades”. Bien decía Foucault (1983) que el poder es inestable. Cambia porque no es individual, depende de relaciones de fuerza conjuntas, de un lugar en dónde se den y desde dónde dominen. Esta ubicación es frágil e inconstante.
De todas formas, queramos o no los latinoamericanos, somos parte de la “aldea global”, de un mundo de mezclas, sincretismos y fusiones. García Canclini (2001), define a este proceso como de hibridación, entendida como:

"…procesos socioculturales en los que estructuras o prácticas discretas, que existían en forma separada, se combinan para generar nuevas estructuras, objetos y prácticas. A su vez, cabe aclarar que las estructuras llamadas discretas fueron resultados de hibridaciones, por lo cual no pueden ser consideradas fuentes puras."

Ello se manifiesta en la vida de las sociedades y se caracteriza por las formas creativas que algunos utilizan para tratar de sobrevivir con más dignidad, o en la multiculturalidad, ya que las identidades nacionales dejaron de tener la rigidez del periodo de constitución de los estados-nación para transitar por la heterogeneidad, por la ampliación de la comunicación a través de la apropiación de elementos de otras culturas. Para pesar de algunos (¡y felicidad de otros!), ya no somos puros. En realidad nunca lo fuimos, ni en la era prehistórica.
Las hibridaciones son socio históricas y no vuelven atrás. Es importante estar conciente y respetar las particularidades regionales y lo diferente. Un buen comienzo sería aprender la habilidad de la negociación y convivencia sana, y ponerla en práctica de forma a que todas las partes involucradas ganen, en todos los aspectos: social, político, religioso, no solamente pensando en lo comercial.
Ahora que el eje del poder parece estar se abalanzando, es el momento de que la posible crisis sea el estímulo para CREAR. Como se pudo leer alguna vez en un cartelito de un café de Brasil: CRISE – retire o “s” e comece já: CRIE. Si se saca la letra “r” de la palabra crisis en portugués, se obtiene “cree”, sea creativo y enfrente los problemas. ¿Qué estamos esperando para empezar ya?

Bibliografía:
- BAUMAN, Z. Modernidad Líquida. Bs. As.: Siglo XXI, 2003.
- FOCAULT, M. Microfísica del Poder. Madrid: Ediciones de la Piqueta, 1979.
- GARCÍA CANCLINI, N. Culturas Híbridas. Bs. As.: Paidós, 2001