martes, 19 de agosto de 2008

EL CENTRO DE IDEAS PARA MISIONES Y LA PARTICIPACION CIUDADANA

Cr. Eduardo A. Lamberghini

Consolidar las instituciones, convertirlas en herramientas de participación ciudadana y en herramientas de construcción de ciudadanía, permiten el ingreso de las mayorías a las decisiones públicas. Y cuando todos somos sujetos plenos de derecho, es difícil que las mayorías legislen y gobiernen en contra de sí mismas. Porque cuanto mayor es el protagonismo social en la puesta en marcha de políticas públicas, más efectivos y eficaces son los resultados.

Si bien se han logrado significativos avances en los últimos años, la compleja realidad de la Argentina y particularmente de Misiones, se encuentra aún caracterizada por la pobreza, la exclusión social, los altos índices de corrupción pública y privada, la violación de los derechos humanos y por una ineficacia gubernamental generalizada. Esta situación requiere, sin lugar a dudas, de un nuevo abordaje que implique el establecimiento de mecanismos institucionales que permitan aunar esfuerzos entre el Estado, los ciudadanos y la sociedad civil en beneficio de construir soluciones viables de corto, mediano y largo plazo en un ambiente de libertad, inclusión, responsabilidad y eficiencia. En ese contexto de necesidades, especialistas y expertos han volcado la mirada, y puesto su atención en la posibilidad de que ciudadanos y ciudadanas participen en la gestión pública, como una alternativa de cambio institucional y de “perfeccionamiento” de nuestras democracias.
¿Será posible entonces, impulsar un nuevo esquema de funcionamiento democrático, donde el ciudadano, el pueblo, y la sociedad civil ocupen el lugar de protagonismo frente al Estado, sus instituciones y su gobierno? ¿Puede contribuir la participación ciudadana a alcanzar la senda del desarrollo, la prosperidad y la modernidad, en nuestro país y provincia?
La incorporación del tema de la participación en la agenda de los distintos gobiernos de nuestra región ha sido progresiva y por varias motivaciones. Una de ellas, fue el reconocimiento de la incapacidad del Estado para atender de manera eficaz y eficiente la diversidad de demandas y problemas de su entorno específico.
Aquí es donde entra en escena el nuevo concepto de la participación de actores no tradicionales en la toma de decisiones, inscriptos en organizaciones sociales que no se relacionan con los aparatos partidarios. Así surge también el concepto de “organización no gubernamental”, teñido de una cierta valoración como espacio no contaminado de intereses, neutralizando la capacidad o aumentando el desprestigio de las instituciones de la representación. En el mismo sentido, apareció el concepto de “gestión asociada”, en una peligrosa frontera que recuerda al concepto de “co-gobierno”.
El problema es cómo rescatar los aportes valiosos de estas corrientes de pensamiento, sin que esto suponga perder las instituciones representativas, en democracias modernas y complejas que ya no pueden regresar a formas directas o semidirectas de gobierno.
La participación es la organización, dirección, ejecución y toma de decisiones compartidas o aceptadas por las personas que forman el grupo involucrado en la acción participativa. Las actividades destinadas a lograr las metas comunes son desarrolladas a partir de esa organización. Participar es una forma de ejercer nuestros derechos y de cumplir nuestros deberes como ciudadanos. Es una forma de apropiarnos del espacio público, a la vez que hacemos ese espacio. Es también “un tipo de rebeldía”, en el sentido que supone introducir cambios en situaciones de desigualdad y exclusión. Participar es ser parte, tener parte, tomar parte. Tres condiciones que resumen el involucramiento, el compromiso y sentido de identidad a ella relacionado, la co–gestión o colaboración y el beneficio tanto individual cuanto colectivo. La participación tiene como fin influir, pero influir en los procesos de toma de decisiones que de alguna manera se vinculan con los intereses de los participantes. Por esto, algunos autores, afirman que participar es intervenir en la toma de decisiones tendientes a planificar, gestionar y controlar el uso de los recursos. En virtud de estas definiciones, priorizaremos el uso del concepto Protagonismo Social a la hora de señalar metodologías que involucren a los ciudadanos como sujetos de las decisiones estatales y públicas.
Concluyendo, la Asociación Civil CENTRO DE IDEAS PARA MISIONES, integrada por ciudadanos interesados en fomentar una democracia participativa, quiere realizar su aporte a la sociedad misionera, promoviendo mecanismos que permitan a la población tener acceso a las decisiones del gobierno de manera independiente y sin necesidad de formar parte del mismo o de un partido político. Sabemos que es solo el principio de un proceso que será largo.